En la provincia de Castellón, en plena naturaleza, escoltada por la Sierra Calderona y la del Espadán, se encuentra esta artesanal fábrica de mermeladas que debe su nombre a la proximidad de la Cartuja de Valdecristo. Allí, la pareja formada por Sacri y Germán elaboran estas exquisitas y originales mermeladas sin conservantes y con productos ecológicos. No hay mejor presentación que su slogan: “Todo es mermelable”
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