Delicioso postre con reminiscencias francesas, elaborado a base de avellana, almendra, clara de huevo , espuma de praliné y el “toque secreto” de los maestros pasteleros de Ascaso. De textura delicada, esponjosa y cremosa, debe servirse frío pero no helado. Es apto para celíacos.
Debe su nombre a que, durante la Exposición Universal de París de 1855, la emperatriz Eugenia de Montijo eligió este postre para el banquete en que el invitado de honor era el Zar Alejandro II. Parece ser que al Zar de todas la Rusias le chifló este delicado postre y ya no paró hasta que sus cocineros se hicieron con la receta Y lo llamaron “Pastel Imperial Ruso”. Esperamos que a ti te suceda lo mismo cuando lo pruebes.
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